La GlObAliZaCioN

La globalización es una teoria entre cuyos fines se encuentra la interpretación de los evento que actualmente tienen lugar en los campos del desarrollo, la economía mundial, los escenarios sociales y las influencias culturales y políticas. La globalización es un conjunto de propuestas teóricas que subrayan especialmente dos grandes tendencias: (a) los sistemas de comunicación mundial; y (b) las condiciones económicas, especialmente aquellas relacionadas con la mobilidad de los recursos financieros y comerciales.



A través del proceso de globalización, uno de los supuestos esenciales es que cada vez más naciones están dependiendo de condiciones integradas de comunicación, el sistema financiero internacional y de comercio. Por lo tanto, se tiende a generar un escenario de mayor intercomunicación entre los centros de poder mundial y sus transacciones comerciales (Sunkel: 1995; Carlsson: 1995; Scholte 1995). Efectos e influencias derivados de los "aspectos integradores" pueden ser estudiados desde dos perspectivas principales: (a) el nivel externo de los países, o nivel sistémico; y (b) el nivel de las condiciones internas de los países, o aproximación subsistémica. En este último caso, las unidades de análisis serían aquellas que corresponden con las variables de crecimiento y desarrollo económico, así como indicadores sociales.



Respecto a los procesos de globalización que están teniendo lugar en la actualidad, en la esfera económica, existen dos aspectos medulares relacionados con el área de la política económica internacional: (a) la estructura del sistema económico mundial, y (b) cómo esta estructura ha cambiado. Estos temas pueden ser abordados a partir de la teoría de la globalización tomando en cuenta los conceptos del desarrollo. Los fundamentos de la globalización señalan que la estructura mundial y sus interrelaciones son elementos claves para comprender los cambios que ocurren a nivel social, político, de división de la producción y de particulares condiciones nacionales y regionales.



La premisa fundamental de la globalización es que existe un mayor grado de integración dentro y entre las sociedades, el cual juega un papel de primer orden en los cambios económicos y sociales que están teniendo lugar. Este fundamento es ampliamente aceptado. Sin embargo, en lo que se tiene menos consenso es respecto a los mecanismos y principios que rigen esos cambios.



Las teorías económicas neoclásicas acentúan la preeminencia de las ventajas comparativas (Klein, Pauly y Voisin 1985), los métodos propios de las relaciones internacionales resaltan las variables geopolíticas (Keohane 1993, y Thompson 1991), mientras que las perspectivas desde la teoría de los sistemas mundiales subrayan los intercambios desiguales (Amin 1989; Frank 1979; Wallerstein 1991). Estas aproximaciones ofrecen contrastes en las interpretaciones del cambio a nivel mundial.



De manera más particular, las principales áreas de disputa en términos de la teoría de la globalización tienen relación con: (a) el hecho de que los países pueden tener más de tres áreas de colocación en el sistema mundial: centro, semiperiferie y periferie (Schott 1986); (b) las características de posición de varios países en cuanto a compartir un mismo patrón de relaciones pueden estar relacionadas con la formación de "camarillas" o grupos de fuerte o estrecha relación entre ellos y débil agrupación con el resto, ocurriendo esta situación especialmente a niveles regionales (Snyder 1989); (c) Aún dentro de una misma posición de países, por ejemplo dentro de la periferie, se pueden detectar variaciones significativas entre las naciones, tales como tamaño de las economías, demanda efectiva interna, estructura de exportación, y niveles de crecimiento y desarrollo económico (Smith 1992); y (d) existe fuerte evidencia de que los patrones de concentración económica entre naciones, especialmente en los campos del comercio internacional y de las finanzas mundiales; estos rasgos estarían asociados a los niveles de desarrollo que son abordados con insistencia por autores de la corriente teórica del neoestructuralismo en el desarrollo (Cardoso 1992).



La Globalizacion Como Teria Del Desarrollo

El términos generales la globalización tiene dos significados principales:
Como un fenómeno, implica que existe cada vez más un mayor grado de interdependencia entre las diferentes regiones y países del mundo, en particular en las áreas de relaciones comerciales, financieras y de comunicación;
Como una teoría del desarrollo, uno de sus postulados esenciales es que un mayor nivel de integración está teniendo lugar entre las diferentes regiones del mundo, y que ese nivel de integración está afectando las condiciones sociales y económicas de los países.
Los niveles de mayor integración que son mencionados por la globalización tienen mayor evidencia en las relaciones comerciales, de flujos financieros, de turismo y de comunicaciones. En este sentido, la aproximación teórica de la globalización toma elementos abordados por las teorías de los sistemas mundiales. No obstante, una de las características particulares de la globalización, es su énfasis en los elementos de comunicación y aspectos culturales.
Además de las relaciones tecnológicas, financieras y políticas, los académicos de la globalización argumentan que importantes y elementos nunca antes vistos de comunicación económica están teniendo lugar entre naciones. Esto se pone de manifiesto preferentemente mediante novedosos procesos tecnológicos que permiten la interacción de instituciones, gobiernos, entidades y personas alrededor del mundo.
Los principales aspectos de la globalización son resumidos en los puntos siguientes:
Los sistemas de comunicaciones globales están teniendo una crecimiente importancia en la actualidad; es por medio de estos procesos que las naciones, grupos sociales y personas están interactuando de manera más fluida tanto dentro como entre naciones;
Aún cuando los sistemas más avanzados de comunicación están operando preferentemente entre las naciones más desarrolladas, estos mecanismos también están haciendo sentir sus efectos en las naciones menos avanzadas. Esta situación puede permitir la interacción de grupos a partir de las naciones más pobres en su comunicación con otros centros más desarrollados de manera más fácil. En esto cobraría sentido hasta cierto punto el pregonado principio de la aldea global en cuanto a las comunicaciones y las transacciones comerciales y financieras;
Respecto a las actividades económicas, los nuevos avances tecnológicos en las comunicaciones están llegando a ser cada vez más accesibles a pequeñas y medianas empresaslocales. Esta situación está creando un nuevo escenario para las transacciones económicas, la utilización de los recursos productivos, de equipo, intercambio de productosy la presencia de los "mecanismos monetarios virtuales". Desde una perspectiva cultural, los nuevos productos para la comunicación están desarrollando un patrón de intercambio e interconexión mundiales;
El concepto de minorías dentro de los diferentes países está siendo afectado por los patrones de comunicación. A pesar de que las minorías pueden no estar completamente integradas dentro de los nuevos circuitos de comunicación, reciben la influencias incluyendo el hecho de que los sectores de mayor poder económico y político si se están integrando en la nueva esfera de interconexión. En última instancia continua el factor de que son las élites de negocios y políticas las que determinan las decisiones políticas dentro de los estados-nación;
Elementos de índole económica y social que se hayan bajo la influencia de las condiciones actuales del fenómeno de la globalización ofrecen circunstancias dentro de las cuales se desarrollan las condiciones sociales dentro de los países.
Con base en los principales aspectos que incluye la teoría de la globalización, los principales supuestos de esta teoría se resumen en los siguientes. Primero, factores económicos y culturales están afectando cada aspecto de la vida social de una manera cada vez más integrada. Segundo, en las condiciones actuales y respecto a los estudios específicos de particulares esferas de acción-por ejemplo comercio, finanzas o comunicaciones- la unidad de análisis basada estrictamente en el concepto de estado-nación tiende a perder vigencia. . En particular las comunicaciones están haciendo que esta categoría no posea como antes, una preponderancia causal en muchos aspectos del comportamiento a nivel de naciones.
Uno de los elementos claves de la globalización es su énfasis en el estudio de la creciente integración que ocurre especialmente entre las naciones más desarrolladas. Esta integración afecta especialmente las áreas de comercio, finanzas, tecnología, comunicaciones y coordinaciónmacroeconómica (DeMar 1992; Carlsson 1995). A nivel subsistémico, es decir dentro de las sociedades de los países, se observa un fenómeno de integración social, pero también de creciente discriminación y marginalidad económica en varios sectores (Sunkel 1995; Paul 1996; Scholte 1996).

martes, 13 de julio de 2010

El trilema de la globalización

Vivimos hoy un mundo sometido a tres elementos o fenómenos absolutamente incompatibles entre sí. A saber: La creciente y cada vez más intensa actuación de actores sociales y económicos de todo tipo a nivel supranacional, a menudo (casi) mundial. Es lo que más propiamente solemos denominar como “globalización”. La soberanía nacional de los Estados-nación clásicos históricos. Los compromisos en materia de protección social y políticas de estabilidad que los Estados han asumido y los ciudadanos aún les reclaman. Eso que en Europa llamamos el “Estado del bienestar”.
El primero vendría a estar constituido por lo que llamamos más propiamente “globalización”. En apretada síntesis: de un lado, por la creciente integración económica y financiera; el flujo de capitales; la proliferación de empresas multinacionales, cada vez además más “multinacionales” y sus localizaciones, deslocalizaciones y externalizaciones. Pero también, de otro lado, por las nuevas formas y actuaciones del terrorismo, por ejemplo, o las organizaciones y prácticas de la gran delincuencia.
El segundo consistiría en la enorme resistencia a la conservación de la soberanía de los Estados-nacionales históricos como ámbito regulador de “la sociedad”. De una sociedad - es decir: agentes, relaciones y prácticas –, por cierto, que ya les desborda y excede. Se aprecia principalmente y con gran intensidad en los titulares de tal poder. Pero también en la ciudadanía, aún incapaz de pensar u organizarse en términos no nacionales: sindicatos, organizaciones empresariales, profesionales o de consumidores, por ejemplo, principalmente.
El tercero no deja de ser una proyección o concreción del anterior, con el que por cierto interactúa retroalimentándose. Comporta graves inquietudes o desazones en los ciudadanos y consiste a menudo en la contestación a la globalización por parte de los sectores más afectados por la “competitividad” que produce.
“Seamos nosotros quienes vayamos creando los órganos e que la nueva realidad exige”
Estos tres elementos constituyen lo que prestigiosísimos economistas (Rodrik, Summmers, Tugores) han venido a denominar el “trilema” de la globalización - un dilema pero a tres bandas –. Es decir: aquella realidad compuesta por tres elementos incompatibles entre sí, y que obliga por tanto a renunciar, o al menos relajar, una de las tres opciones. Porque, en efecto, los tres no van a poder convivir.
Por tanto, o se prescinde de alguno de los elementos en contradicción, o no hay más remedio que superar esta contradicción con un nuevo proceso de síntesis histórica, sea mediante la lenta implantación de ajustes, frenos o equilibrios que hagan que los tres elementos en conflicto se vayan armonizando ellos solos lentamente, sea encarando la realidad de que si las reglas de juego han cambiado no nos sirven los viejos naipes.
En todo caso, un proceso que debería atender a la evidencia de que los problemas, al menos los importantes, de todo tipo, son hoy ya de ámbito mundial. Por tanto, para afrontarlos desde una perspectiva de equilibrio social y político, debe pasarse forzosamente por potenciar los ámbitos de decisión supranacional (y no por bloquearlos, como por ejemplo estamos padeciendo en Europa últimamente). La Historia al fin y al cabo es la secuencia de sucesivas ampliaciones del ámbito económico y social seguido, con más o menos dificultades de ajustes, de los ámbitos de decisiones sociales y políticas.
Pero que nadie espere que lo hagan otros por él. Seamos nosotros, ciudadanos, quienes, cada uno en su respectiva área, vayamos creando los órganos e instituciones – organizaciones, sindicatos, asociaciones – que la nueva realidad exige.

LAS CAJAS DE AHORROS PODRÁN TRANSFORMARSE EN BANCOS

En plena vorágine futbolística, el Gobierno ha aprobado la reforma de la Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorros (LORCA) “para facilitar su financiación y profesionalizar su gestión”. Por un lado se les da la opción a conseguir capital a través de la emisión de cuotas participativas y al mismo tiempo se intenta poner algo de orden en un sector que, por excesivamente politizado, se ha negado ha aplicar reformas de calado para hacer frente a la crisis económica.
Según hizo público ayer el Ministerio de Economía y Hacienda la reforma se resume en dos puntos principales:
Las cajas podrán emitir cuotas participativas con derechos políticos hasta un máximo del 50% de la entidad.
Se suprime la presencia de altos cargos electos en los órganos de gobierno.
Entre las posibles alternativas a las que las cajas de ahorro se pueden acoger, el Real Decreto Ley contempla las siguientes:
Mantener su condición de caja de ahorros, como hasta ahora, con el nuevo régimen de cuotas participativas y adaptando sus estatutos a las modificaciones en el gobierno corporativo.
Integrarse en un Sistema Institucional de Protección (SIP).
Ceder todo su negocio financiero a un banco manteniendo su condición de caja. La obra social y la cartera industrial permanecen en la caja.
Transformarse en fundación cediendo todo su negocio como entidad de crédito a un banco en el que participa.
Quizá el tema políticamente más espinoso es el del gobierno corporativo de las cajas ya que, en estos momentos, representantes de distintas Administraciones públicas tienen el 50% de los derechos de voto. Con esta reforma el porcentaje baja al 40% añadiéndose la incompatibilidad de los cargos políticos electos y de los altos cargos para ser miembros de los órganos de gobierno; se refuerzan los requisitos de profesionalidad y experiencia para formar parte de dichos órganos; se obliga a todas las cajas a la presentación del informe anual de gobierno corporativo y se establecen mayorías reforzadas en los órganos de gobierno para las decisiones fundamentales de la caja que deberán tener mayorías de 2/3 para poder aprobar cambios en la naturaleza jurídica de la entidad.